Marzo arranca como un final. Los lánguidos coletazos de unas
vacaciones casi olvidadas se van para siempre. Arrancamos definitivamente lo
que se llama el andar normal. Fatigosa rutina de la ciudad que anda todo el día
generando dinero para otros a costa de años de trabajo.
Traigo éstos pensamientos melancólicos para ser
escarmentados en el oasis de Echesortu. Los Bologna Brothers sabrán hacerlo como
siempre. Aparezco atraído por un llamado
particular. En la toscana se presentan los vinos de una bodega nueva que era
vieja pero que con cambio de propietario se convirtió en novedosa. Con números
en sus etiquetas y buenos vinos en su interior, hoy jueves 3 de marzo de 2016
nos entregamos a la degustación de los malbec al estilo Bodega Los Toneles.
Gran plan para ahuyentar malos pensamientos.
Bodega Los Toneles forma parte de una serie de
emprendimientos de la familia Millán. Mendocinos con visión de negocios que se
animaron a participar del mundo del vino. Dentro de esas inversiones, hicieron
renacer ésta pequeña bodega añeja. Enclavada a pasitos del centro de la ciudad
de Mendoza. Allí donde se hacen vinos desde 1922 ahora se producen otros más modernos
y de muy buena calidad con fincas esparcidas por los oasis mendocinos y el
aporte de productores.
Dirige la degustación don Matias Galluccio, sólido sommelier
y comunicador, a quien venimos siguiendo durante ésta semana en otros eventos.
Comenzamos la degustación de malbecs con un Sauvignon Blanc.
La ironía se agradece en éste caso porque vamos a probar unos de las mejores
expresiones de éste varietal que podamos encontrar en el mercado. Tonel 46 Sauvignon Blanc 2015. De un amarillo
verdoso casi transparente. Muy aromático primero a pomelo rosado bien fresco,
frutas varias, algo herbáceo, no mucho con un toquecito de ruda. En boca
importante acidez bien fresca. Asi como deben ser los sauvignon blancs. Sin
mucho cuerpo, tranqui, , ligero fresco, algo amanerado, con la aspereza del
varietal domada para hacerlo más amable. Muy bien para los calores que se van yendo o para comidas frugales (que no todo tiene que ser el asado asesino).
El segundo vino sí es un malbec. Tonel 22 Malbec 2013. Es
violeta como debe ser un malbec. En aromas, es floral a violetas con poca fruta
roja un poquitín dulzona. En boca fresco y agradable. Tranquilo vino apacible
de entrada dulzona y acidez refrescante. No muy largo, un correcto malbec.
El tercero es un malbec de la misma línea que el Sauvignon
Blanc. El Tonel 46 Malbec 2013 tiene una personalidad similar pero es otra
cosa. Aquí la madera empieza a estar presente. En color es más concentrado.
Huele a ciruela bien madura, casi pasa, se sienten toques tostados y ahumados.
Además algo como calcáreo. Matías cuenta que las uvas provienen del Valle de
Uco. En boca es más tánico. Mayor presencia y cuerpo. Fresca acidez, deja un
recuerdo mentolado al irse junto con un amargor final. Este si que hay que llevarlo al asado!
Número cuatro en la lista el Tonel 78 Barrel Selected 2013. Un blend de Malbec-Bonarda
Argentina. No es varietal 100 % pero guarda ciertas características del
malbec. Es bien oscuro en la copa. Se siente al olerlo un ahumado bien
presente. Notas de café torrado, algo así como grasa y dejándolo un rato en la
copa aparece una fruta pasa. Una ciruela pasa. En boca es agradable pero
fuerte. Entrada dulzona y acidez punzante. Estructura un poco salvaje y final
amable. Notas mentoladas y retrogusto a café torrado que según palabras de
Matias son características de la bonarda. Fue mi vino preferido de la
degustación y de casi todos los presentes.
Para terminar aparece el macho alfa de la familia. Gran Tonel 137
Malbec 2010. Robusto, pesado, oscuro, tiñendo la copa de lágrimas violáceas.
Aromas a café y chocolate mezclados con una mermelada de ciruelas bien maduras.
Presencia de madera a full. En boca gran estructura. Llena con una presencia
avasallante. Retrogusto a ciruelas bien maduras y ahumadas. Larguísimo final un
poco amargo. Acidez no muy pronunciada. Un vinazo en el que todavía la madera
está muy presente. Seguramente hay que decantarlo para disfrutarlo en todo su
potencial. Y seguramente dentro de dos o tres años se disfrute mucho más.
Todavía está un poco áspero en boca. Quizás haya que comprar un Tonel 137 hoy y
dejarlo tranquilizarse un par de años en casa y abrirlo allá por 2019 para
algún festejo muy esperado. Seguramente valdrá la pena.
Vuelvo haciendo cuentas de tanto número. Gracias a los
hermanos Bologna por otra tarde agradable y a Matias Galluccio por la claridad
conceptual.
Seguiremos por los caminos del vino en Rosario.
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