Bodega Marichal - Uruguay


Ya volviendo para Argentina, como última etapa del recorrido de bodegas en el verano de Uruguay, nos adentramos en la zona de Etchevarría, en el departamento de Canelones. A unos 40 kilómetros de Montevideo. Hoy 12 de enero de 2016 recalamos en la familiar Bodega Marichal. Todo un destino.
Nos recibe Lorena Curbelo, sommelier y encargada de la parte turística del lugar. Y nos cuenta: Que Bodega Marichal nace hace muchísimos años como finca de producción de uvas. Que alrededor de 1938 deciden establecerse como bodega. De esa época subsisten algunas construcciones y piletas subterráneas donde hoy en día siguen vinificando. Son alrededor de 50 hectáreas de viñedos donde se desarrollan las variedades tannat, chardonnay, pinot noir, sauvignon blanc y otras. Casi todo en espaldero alto y la clásica lira tan común en los viñedos uruguayos. La bodega se reconvirtió hace unos veinte años apuntando la producción a vinos de alta gama.
Otro mundo el de los vinos uruguayos. Otro volúmen, otros mercados, otras búsquedas. Otra realidad. Tan interesante como la argentina. Tan desconocida por nosotros y tanto por conocer.
Lorena nos cuenta que es rara la visita de argentinos. Que la mayor parte de los visitantes son brasileños, siendo Brasil el principal receptor de la producción de vinos Orientales.
Bodega Marichal es estrictamente un proyecto familiar. Algunos miembros de la familia viven en edificaciones pegadas a la bodega. La abuela Teresita es una de ellas. Juan Carlos, su hijo y Lidia, su esposa también. Sus dos nietos Juan Andrés y Alejandro son los que llevan adelante el emprendimiento.

Y al final de la recorrida degustamos algunos de los vinos:

Comenzamos por un Sauvignon Blanc 2015 de la línea jóven (llamada Premium Varietal), de un color amarillo verdoso muy brillante, en nariz aparece un pomelo amarillo muy aromático y fresco, con una nota mineral muy suave y algo herbáceo (muy poquito). En boca asoma con una acidez fresca y agradable con el cítrico en punta y bastante largo. Un correcto ejemplar del varietal y muy fresco.

Continuamos con el vino que vine a probar.
Marichal Reserve Collection Pinot Noir-Chardonnay 2012
Un blanco-rosado blend de pinot noir vinificado como blanc de noir y chardonnay. Tiene un color como a cáscara de cebolla, rosado muy vistoso que proviene de una pequeña maceración de un par de horas de la pinot, que luego fermenta en barrica.
En nariz es muy aromático, dulzón y verde. Frutal como a duraznos dice Lorena. Yo aparte le encuentro un verde como a espárragos y alguna fruta blanca. Muy buena nariz para encontrarnos con un vino de una estructura importante en boca. Untuoso, llena y seduce con lo frutal y a la vez suma aromas de boca a manteca y un final como ahumado. Es muy largo y especial para variados maridajes posibles.  Excelente.

Continuamos  con el Marichal Reserve Colection Pinot Noir 2013. De color muy característico. En nariz con aromas a frutillas bien frescas y una nota como a chocolate y un toque mineral. En boca acidez presente, algo especiado y largo y delicado final. El pinot noir es una de las especialidades de la casa. Muy bueno el que degustamos. Bien por la Bodega.


Continuamos con otra perlita.
Marichal Reserve Colection Pinot Noir-Tannat 2013- El llamativo corte llamó para ser probado.
En nariz es un pinot hecho y derecho. No hay indicios del gigante uruguayo. Es frutado y fresco, con una nota como salvaje y delicada. Después al degustarlo es que aparece el señor tannat agregando fortaleza y estructura a la delicadeza anterior. Frutado y untuoso. Nota un tanto chocolatosa  y la acidez fresca presente.
Muy buen vino Marichal!
Lorena nos cuenta que un blogger brasileño lo describió como "La bella y la bestia", imágen que resulta efectiva para describir la convivencia de dos cepas muy diferentes. De todas maneras creo que hay en la pinot noir una nota salvaje, indómita, como herbácea que la hace mucho más difícil de entender y degustar de lo que se piensa. No es solo un vinito suave y delicado. Por otro lado se le teme mucho al tannat. Se lo cree una especie de lija tánica que atacará sin piedad nuestras lenguas y no es así. Es cierta su estructura imponente, pero hay una delicadeza en las notas mentoladas que aporta, en esos frutos negros como arándanos o membrillos frescos. En notas especiadas que a veces sorprenden. En lo estructurado que puede ser, pero a la vez fresco y delicioso. Por eso está bien la imágen, pero no es tan delicada la bella y hay un corazón muy tierno dentro del cuerpazo de la bestia.


Y hablando de músculo terminamos con el Marichal Grand Reserve Tannat A 2013.
Tope de gama de la bodega y vinazo.
En la copa ya lo vemos moviéndose lento, tiñiendo los bordes de la copa de un violeta intenso. Menisco violáceo y centro bien negro. Oscuro. Vemos que nos espera una experiencia fuerte. En nariz salta enseguida el chocolate. Evidentemente ha pasado una temporada larga en madera. Y detrás del chocolate viene la menta. Siento como si estuviese delante de uno de esos bocaditos de menta cubiertos de chocolate con papel verde y forma de moneda. Aparte hay una nota como ahumada y especiada a la vez. En boca es untuoso, mantecoso, enorme. Seca  pero a la vez es fresco y largo. Es todavía demasiado jóven, creo que un par de años en la botella lo harán un poco más dócil, porque elementos para destacarse le sobran.


La antes nombrada Lidia pasó a saludar durante la visita y después nos acercó unos quesos para acompañar la degustación. Junto con los quesos vino el mejor maridaje del viaje.
Su cuñada hace para ésta época higos caramelizados que nos convidaron. Esos higos con el Tannat A nacieron para estar juntos. El vino limpia y se conjuga con el caramelo dejándo salir el frescor del higo que junto con la acidez fresca del propio vino da una experiencia perfecta. Gran descubrimiento y buenísimo vino.

Por último agradecer la hospitalidad. La buena onda de Lorena para recibirnos y destacar la calidad y singularidad de los vinos. Muy buena visita y gracias Marichal.



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